Extracto de Eldest, segundo libro de la saga de El Legado, escrito por Cristopher Paolini.
«[…]Mientras se sumergía en los pensamientos y en las sensaciones de los seres que lo rodeaban, Eragon era capaz de alcanzar una paz interior tan profunda que, durante aquellos ratos, dejaba de existir como individuo. Se permitía convertirse en una no-entidad, un vacío, un receptáculo de las voces del mundo. Nada escapaba a su atención, pues su atención no estaba centrada en nada.
Él era el bosque y sus habitantes.
‘¿Será así como se sienten los dioses?‘, se preguntó al volver en sí. […] »